En una Ginebra de 1818 donde algunos hombres están hechos de piezas de relojería y los carruajes funcionan con vapor, Alasdair Finch, un joven mecánico, hace lo impensable después de la muerte de su hermano: utiliza piezas de relojería para resucitar a Oliver. Pero la resurrección no sale según lo planeado, y Oliver regresa más monstruo que hombre. Peor aún, se publica la novela Frankenstein y los habitantes del pueblo están decididos a encontrar al doctor y a su monstruo en la vida real. Con pocos lugares a los que recurrir en busca de ayuda, los peligros pueden acabar uniendo a los hermanos, o arruinándolos para siempre.