En este libro, Steven Pinker argumenta que el lenguaje no es un artefacto cultural que aprendemos, sino una parte distinta de la composición biológica de nuestros cerebros. Explora cómo el lenguaje ha evolucionado y cómo influye en nuestra forma de pensar y percibir el mundo. Con un enfoque accesible y ejemplos claros, Pinker desmitifica la lingüística y revela la innata capacidad humana para la comunicación.