En el siglo XVII a.C., Egipto se encuentra dividido. En el norte, los brutales hicsos mantienen su dominio, mientras que la reina Ahhotep ha logrado recuperar gran parte del sur, aunque a un alto precio: la muerte de su esposo en combate y el envenenamiento de su hijo mayor, Kames. Ahhotep se niega a ser coronada faraón y prepara a su segundo hijo, Amose, para asumir el poder. Gracias a su liderazgo, los egipcios están listos para la batalla final y sitian Avaris, la capital de los hicsos. Tras cien años de ocupación y miles de muertes, el imperio egipcio parece resurgir de las cenizas, impulsado por el coraje y la determinación de una mujer.