Long week-end es una novela de Joyce Maynard, traducida al francés por Françoise Adelstain. La historia se desarrolla durante un fin de semana caluroso en la costa este, donde Henry, un joven de trece años, y su madre Adele se ven envueltos en una situación inesperada cuando un convicto fugitivo llamado Frank les pide refugio. Este encuentro cambiará sus vidas para siempre, creando un ambiente de tensión y emociones a flor de piel. La novela explora temas de soledad, deseo y la búsqueda de conexión en circunstancias extraordinarias.