Este libro explora el excepcionalismo británico en el período comprendido entre la Revolución Gloriosa y el Congreso de Viena. Historiadores destacados examinan por qué Gran Bretaña emergió de años de competencia sostenida con sus rivales europeos en una posición discernible de hegemonía en los ámbitos del poder naval, el imperio, el comercio mundial, la eficiencia agrícola, la producción industrial, la capacidad fiscal y la tecnología avanzada. Abordan el camino único de Gran Bretaña hacia la revolución industrial y distinguen cuatro temas sobre las interacciones entre su surgimiento como gran potencia y como primera nación industrial.