El esfuerzo narrativo como el esfuerzo intelectual, se cumple en un movimiento de vaiven. De pronto me siento excitado por una intuicion poetica, un suceso, un recuerdo, un conflicto, un disparate, una anecdota o una lectura. Si ya se ha decidido, choca con obstaculos y hay que esperar hasta ver si triunfa o fracasa. De este modo, con la mente excitada, de un salto me transporto de un problema a la solucion. Es un viaje circular, pues enseguida regreso de la solucion al problema para repetir el trayecto desde el punto de partida hasta el punto de llegada, solo que en esta segunda fase ya no vuelvo a saltar sobre el vacio en un rapto puramente imaginativo sino que, doy a mi vision un cuerpo verbal. Asi nace el cuento.