Está hecho de diferentes maderas finas, madera de raíz y hueso. La técnica de la taracea granadina se caracteriza por la aplicación de motivos geométricos de estilo islámico. El escritorio tiene alas laterales abatibles y una tapa superior que se abre para revelar un interior con un tapete verde. Suele incluir una pequeña galería arquitectónica en miniatura con cajones. Este tipo de mueble tuvo un gran desarrollo a finales del siglo XIX y continuó produciéndose durante el siglo XX.