«Pocos artistas fueron más degradados en vida que Henri Rosseau, el Aduanero, y pocos hombres opusieron una cara más complacida a las mofas, a las groserías con que lo hostigaban. Este viejo cortés tuvo siempre el ánimo tranquilo, y, gracias a una feliz cualidad de su carácter, interpretaba interesadamente en las burlas que los que mayor aversión le tenían estaban en cierto modo obligados a opinar de su obra. Por supuesto esta serenidad no era otra cosa que orgullo. El Aduanero era consciente de su fuerza. Una o dos veces se le escapó que era el mejor de los pintores de su tiempo. Y es posible que en bastantes aspectos no se equivocara mucho... —GUILLAUME APOLLINAIRE, «El triunfo del Aduanero Rousseau»(L'Intransigeant, 20 de abril 1911).
Lotes à venda em antiguidades, arte, livros e artigos de colecionismo
(6.005)