Prentis es un joven funcionario del gobierno británico que trabaja en un departamento de policía en una especie de archivo donde están guardados los informes secretos de casos judiciales no resueltos. Su trabajo es rutinario y la mayor parte de las veces incomprensible para él porque quien en última instancia supervisa sus tareas es Quinn un hombre misterioso que ya sea por razones de seguridad de desconfianza o de simple antipatía hacia él nunca le expone con claridad los objetivos de sus investigaciones.