Comenzaba a caer la tarde cuando un barco atunero de regreso a puerto hizo el descubrimiento: el cadáver hinchado y azulón ya de una joven. Unas horas más tarde la autopsia confirmó que se trataba de Cristina Romano Argüelles cuya desaparición mientras practicaba un deporte náutico en Tarifa había sido denunciada cuatro días atrás por sus compañeras.