Stephen King (Richard Bachman) – Rabia
Una novela incómoda, seca y frontal, escrita desde el borde de la violencia juvenil y la hipocresía adulta.
Publicada originalmente bajo el seudónimo de Richard Bachman, Rabia ocupa un lugar singular dentro de la obra de Stephen King. No es una novela de terror en el sentido clásico, sino un relato psicológico extremo, áspero, construido casi íntegramente a partir de la palabra, la tensión moral y la exposición brutal de un sistema educativo y familiar que fracasa antes de que aparezca el estallido.
La historia se desarrolla en un aula tomada como rehén por un adolescente. A partir de ese encierro forzado, el texto avanza como un interrogatorio colectivo: cada intervención, cada confesión, cada silencio va desnudando la violencia latente, la represión emocional y la falsedad de los discursos adultos. El captor no funciona solo como antagonista, sino como catalizador: obliga a hablar, a recordar y a asumir culpas que el orden social preferiría mantener ocultas.
King —escribiendo como Bachman— renuncia aquí a todo efectismo. El estilo es directo, seco, casi claustrofóbico, con una progresión psicológica que incomoda porque no ofrece refugio moral. No hay héroes ni redenciones claras. Lo que emerge es una crítica feroz al modelo educativo, a la familia basada en la apariencia y a una sociedad que fabrica sujetos emocionalmente mutilados.
Rabia es, además, una de las novelas más controvertidas del autor. El propio King decidió años después retirar el libro de circulación en Estados Unidos, consciente de su potencia perturbadora y de las lecturas posibles en contextos de violencia real. Ese gesto no la debilita: al contrario, refuerza su condición de texto límite, incómodo, imposible de domesticar.
Esta edición en español conserva ese carácter: un libro breve, intenso, que se lee con incomodidad creciente y deja una resonancia ética difícil de sacudir. Una pieza clave para comprender la etapa Bachman y una de las exploraciones más crudas de Stephen King sobre la violencia estructural y el fracaso del mundo adulto.